La corporación universitaria abrió un museo con una de las colecciones más grandes de máquinas de escribir del país.
JACOBO BETANCUR PELÁEZ
Apoyando sus manos tímidamente en el teclado y ubicando su cuerpo menudo junto a un atril que por poco igualaba su estatura, Gabriela Peláez Echeverry posó para ser retratada en uno de los salones de la Escuela Remington hace más de 90 años.