Las maniobras del alcalde Daniel Quintero con la supuesta ‘rebaja’ de tarifas de la energía cada vez son más enredadas. Los usuarios pagarán en 2024.
Al alcalde Daniel Quintero, en los primeros tres años de su gobierno, le sacaban en cara su promesa como candidato de bajar las tarifas de servicios públicos. Aparecían, estratégicamente, fotos de pasacalles de la campaña de 2019 con esa oferta incumplida.
Cualquiera que conoce el sector de los servicios públicos en Colombia sabe que eso no se puede cumplir. La manera cómo está diseñada la institucionalidad de la energía en el país no lo permite. Ni el propio Gustavo Petro en su calidad de presidente, a pesar de que lo ha intentado de todas las maneras posibles, ha podido.
De hecho, el Consejo de Estado acaba de negar un último recurso que tenía Petro. El alto tribunal dijo que el Presidente no podía asumir las funciones de la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas).
Contra viento y marea, el alcalde Quintero, después de no haber movido un dedo durante tres años y medio para la tal rebaja de las tarifas, el 23 de mayo pasado convocó a una rueda de prensa, con el gerente de EPM, Jorge Carrillo, en la que anunciaron un mecanismo de alivio en las tarifas de energía.
El anuncio fue muy controvertido porque quedó la confusión de si se trataba de una rebaja o de un congelamiento de tarifas. Dijeron de forma muy vaga que la tarifa se reduciría 0,6% mensual hasta septiembre y que de septiembre a diciembre la tarifa no superaría el valor de referencia de mayo. Es decir, tendría una rebaja mínima hasta el mes antes de las elecciones, para luego volver a subir.
Y mencionaron los números de dos resoluciones en las que se apoyaban para la medida. Nunca explicaron que se trataba de las mismas que emitió la CREG para paliar la pandemia (que se conocen como ‘opción tarifaria’).
Pero eso nadie lo entendía. Solo vino a quedar claro el pasado miércoles 28 de junio cuando se hizo pública la respuesta a un derecho de petición que interpuso el profesor Santiago Ortega, experto del sector energético. En su respuesta, EPM no solo admitió que el alivio se hacía gracias a la Opción Tarifaria, sino que admitió que en enero de 2024 las tarifas iban a empezar a subir un 0,6% para recuperar lo que se dejaría de cobrar.
Ese era el detalle que tanto el alcalde como el gerente de EPM ocultaron a la hora de dar la noticia. Porque si lo hubieran hecho público, automáticamente se sabría que no había tal rebaja. Simplemente, les cobraban menos por la energía por unos meses, pero luego en 2024 les cobraban lo que les habían dejado de cobrar y además con intereses. Como si EPM les hiciera a los usuarios un préstamo no pedido.